D. Guillermo Giménez de la Cuadra además reconocido abogado maritimista, y profesor de Universidad tanto en la Complutense como en la Hispalense, es un gran conocedor de la Sevilla fluvial. En sus charlas dibuja la influencia del Guadalquivir en Sevilla y posteriormente en sus gremios, y cómo la Casa de Contratación se configuró como un verdadero “superministerio”.
El pasado jueves día nos deleitaba con una conferencia sobre las Reales Atarazanas de Sevilla. Organizada por nuestra Asamblea junto con el Club Náutico Sevilla, nuestro compañero Miguel A. Abans hacía la introducción, debido a un imprevisto de nuestra delegada.

El ponente nos recordaba cómo los antecedentes de este monumento se remontan a la Sevilla Almohade, para favorecer la construcción de naves para la defensa tras distintos ataques normandos.
Si bien el rey Santo comprendió durante la conquista de Sevilla cuán estratégica era dicha ubicación, posiblemente en el solar que ocupa hoy Helvetia. A causa de su fallecimiento, se debe a Alfonso X la construcción del astillero tal y como hemos podido conocer. Esta sería la primera construcción tras la conquista de Sevilla, cumpliendo así los planes que San Fernando tenía para armar una flota que defendiese los territorios conquistados y permitiese continuar la reconquista.
Las Reales Atarazanas no siempre fueron astilleros, en la conferencia pudimos conocer que durante largo tiempo fueron almacenes y como fueron recibiendo distintos usos en función de las necesidades, una parte capilla, otra hospital, otra aduanas…